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6 de diciembre de 2002 "Atravesando el trópico" El trópico de Capricornio, a una latitud 23 grados y medio sur, es una línea imaginaria, paralela al Ecuador. En las localidades situadas sobre esta línea, el 21 de diciembre al mediodía, los rayos de Sol inciden perpendicularmente, y por tanto, los objetos no producen sombra, marcando el comienzo del verano en el hemisferio Sur.
Imagen 1.- La expedición a punto de cruzar el trópico de Capricornio. Shingwedzi ha sido hoy nuestro punto de partida en dirección a Letaba. Las mismas nubes que días atrás nos hicieron llorar, hoy nos han permitido la visión de los animales que se nos habían resistido hasta el momento, como los leones, búfalos, hipopótamos, cocodrilos, tortugas leopardo, cebras, elefantes, varios tipos de águilas y buitres y garzas, entre muchos otros. Pero lo más impresionante ha sido la visión de un pequeño grupo de leones alimentándose de un búfalo que habían matado dos días antes. La pista nos la dió un grupo de 10 buitres encaramados en las ramas secas de una acacia, que esperaban pacientemente que los leones saciasen su hambre.
Imagen 2.- Un grupo de leones dándose un festín. Foto Luis Cuesta. El búfalo es un animal que pesa de media 750 kilos, es muy peligroso, sobre todo cuando está sólo o se siente acorralado. Ataca de imprevisto y no da señales de aviso, como en el caso de los elefantes. Hemos sido testigos del desplazamiento de una manada de aproximadamente unos cien individuos que intentaban atravesar la carretera por la que nosotros circulábamos. Hoy, el pánico se ha apoderado de nosotros desde que entramos al parque. La primera vez un elefante macho nos intentó embestir cuando nos interpusimos en su camino al río. Rudi reaccionó con rapidez. Después nos bastó la mirada profunda de un búfalo, su cornamenta y su actitud desafiante, como miembro de la manada protegiendo a sus "retoños", para sentir la debilidad de nuestro cuerpo frente a la fuerza del mundo salvaje.
Imagen 4.-Un viejo Syncerus caffer, herbívoro conocido como búfalo, nos observa, pese a la catarata de su ojo derecho. Foto Héctor Vicente. En todas las expediciones es necesarias la presencia de alguien que levante el ánimo y que esté en el momento oportuno. Adela, además de ocuparse de la sección de sanidad y ser corredactora, fotógrafa y "corresponsal de guerra" de estas páginas, nos muestra siempre una amable sonrisa.
Imagen 5.- Adela y su inseparable amigo, el ordenador. Por cierto, no nos queremos despedir sin deciros que la carne de mono de la cena de ayer fue muy sabrosa. También es cierto que nos enteramos después de habérnosla comido. "La cámara oculta"
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