Anoche Shelios consiguió otra vez su objetivo. Después de cenar y comprobar las cámaras, equipados con las ropas polares de BALENO que nos están haciendo un enorme beneficio, subimos a nuestra atalaya confiando en que Odín, dios de los vikingos, nos permitiría ver por fin el Sol de medianoche. La climatología, aunque muy cambiante, presagiaba el éxito de nuestra expedición y por fin comenzó el fenómeno cuyo apogeo se produjo a la 1:00 hora local. El maravilloso espectáculo celeste que pudimos contemplar puede ser visto por todos en las imágenes de este diario como una pequeña muestra de lo que nuestros ojos pudieron ver y que quedará grabado en nuestra memoria para siempre.

Hoy hemos viajado desde Bodo (60º 18´N) hasta la ciudad de Trondheim (63º 25´N) unos 700 km de carretera. Durante el trayecto hemos sido testigos de la belleza de los bosque boreales existentes en Noruega. La ciudad de Trondheim fue fundada por el rey Vikingo Olav Tryggvason, en la desembocadura del río Nidelva, en el año 997 con el nombre de Nidaros siendo la antigua capital del reino de Noruega y lugar donde los reyes noruegos reciben su bendición ceremonial. Hoy en día es una moderna urbe con mas de 150.000 habitantes y cuenta con la segunda Universidad más importante del país.